CAPIP INFORMA
Se recomienda la lectura de la nota publicada en la publicación especializada CATEDRA AVICOLA, en su edición de ENERO de 2017, la cual se transcribe integramente mas abajo
En la misma, nuestro Subsecretario de Ganadería, del Ministerio de Agroindustria, Ing Rodrigo Troncoso, hace una evaluación del estado de situación de toda la ganadería Argentina (Vacuna, Porcina, Aviar, etc). En el articulo que se transcribe se destaca resaltado, la idea que tiene el Sr. Subsecretario de la situación actual del Productor Integrado de Pollos. La misma da la pauta que esta en la mente del funcionario nuestro bregar a través de CAPIP ante la Subsecretaria que preside, en el sentido de establecer reglas claras y de previsibilidad para nuestra relación con las Empresas Integradoras.
Su reconocimiento explícito en el articulo que se transcribe (ver resaltado en amarillo), nos da la esperanza que estamos en las postrimerias de la resolución de uno de los problemas mas importantes para el cual reclamamos solución los productores integrados avícolas.
Se transcribe a continuacion articulo publicado por la prestigiosa revista especializada CATEDRA AVICOLA en su edición de Enero del 2017. Prestar especial atención a la parte resaltada del artículo donde se menciona un tema de especial interés para el avicultor integrado
Las carnes avanzan en la institucionalidad con gran apoyo del Estado
El Subsecretario de Ganadería de la Nación se propuso reordenar los sectores a su cargo, sobre la base de un Ministerio de Agroindustria unificado, que trabaja coordinadamente con el resto de la estructura del Ejecutivo. Ing. Rodrigo Troncoso, con gran experiencia dentro del sector privado en cuanto a feedlots, ahora enuncia labores conjuntas con INTA y SENASA, confiado en la promoción del consumo interno y la concreción de la apertura de nuevos mercados en el exterior. Ing. Rodrigo Troncoso, Subsecretario de Ganadería de la Nación.
E l Subsecretario de Ganadería de la Nación Ing. Rodrigo Troncoso fue uno de los primeros nombres que se conocieron dentro de la conformación del nuevo Gabinete de Agroindustria, a finales de 2015. A poco más de un año de gestión, corresponde repasar el tiempo de recuperación de la ganadería en su más amplio espectro. “Como Subsecretaría de Ganadería, tenemos bovinos, porcinos, aves y ovinos, y la realidad es que cada sector está en distinta situación desde el punto de vista de mercado, distinta situación de rentabilidad y dificultades, distinta situación –de hecho– de institucionalidad, que no es algo menor”, comienza enunciando el funcionario, que resume que “en líneas generales se dieron las cosas que esperábamos –que no eran todas cosas buenas, en realidad– y tenemos un año complicado de cierre, pero por lo que es la realidad país, que va más allá de lo que podamos hacer desde el Ministerio”.
Troncoso venía de ocupar la gerencia de la Cámara Argentina de Feedlot y, en agrado con la decisión de aceptar la propuesta de afrontar la función, está convencido de haber hecho lo correcto, en un marco polí- tico positivo. “Nosotros necesitamos un Ministro que nos respalde políticamente con los sectores, en el buen sentido, que nos vaya marcando un poco la línea política, y que defienda –entre comillas– lo que vemos técnicamente acá con los otros ministerios”, señala Troncoso, remarcando el manejo político de Ricardo Buryaile. Y añade: “un Ministro juega un papel fundamental a la hora de encausar una política gubernamental, porque estamos en la mesa econó- mica o en un gabinete económico, y ahí se juegan papeles importantes, porque tenemos que trabajar para crear el ambiente de negocio propicio para nuestras actividades agroindustriales, y el 80 por ciento de mi trabajo en política sectorial no depende directamente de mi área de influencia”.
Es así que Troncoso, como Subsecretario no puede activar acciones con sólo firmar resoluciones, sino que se necesita –claramente– un alto grado de negociación con los otros ministerios. Del mismo modo, el perfil técnico de su inmediato referente, el Secretario de Agricultura, Ricardo Negri, también aporta el respaldo fundamental para las negociaciones interministeriales, además de la disponibilidad interna de todo el Ministerio de Agroindustria. Todo esto modifica la estructura recibida, donde se simulaba a un mismo Ministerio, segmentado hasta en cinco partes, donde las agendas de trabajo eran diferentes y hasta se superponían. “Hoy el Ministerio es uno y estamos logrando lo que queríamos como objetivo, que el Estado sea uno”, asegura a poco más de un año de trabajo. Con todo este caudal de estructura, Troncoso reconoce que su objetivo como Subsecretario es “retransformar el espacio, generando que la discusión política sectorial pase por acá, que es lo que uno imagina de una Subsecretaría. Lo que pasa es que con los últimos años de Gobierno, pasaba todo por Balcarce, con suerte... Te encontrabas con que no había discusión política sectorial en las áreas sustantivas”. Entonces su mirada es la de “una transformación, porque los profesionales que están acá tienen que empezar convencerse de sus responsabilidades”. Desde su función, dirige la discusión sectorial, convoca, establece políticas y se encarga de ejecutarlas, y moverse para que se concreten, pero con la responsabilidad de liderar a un nutrido grupo de personas dentro de una sola Subsecretaría, con todo tipo de recursos y habilidades. En este marco, lo que subraya es que “lo que trasciende a cualquier funcionario son cosas fuertes y pesadas desde el punto de vista técnico y de resultados, por eso la única forma que haya un puente entre mi gestión y el que venga después, está en la base, que son los técnicos del Ministerio y del sector privado, que tiene una institucionalidad clave”.
Según Troncoso, él debe lograr una interacción, y discusiones con líneas claras para cada sector, lo cual de cierta manera lo hace sentir que “estamos llevando las cosas de vuelta a donde tenía que ser”, en un ordenamiento que corresponde tener claro. POR ACTIVIDAD Troncoso explicó algunos detalles de cada uno de los sectores que se están atendiendo. “Quita de retenciones, poner reintegros, ajustar el tipo de cambio, sacar todas las retenciones a la exportación, fueron políticas de corto plazo, porque de inmediato se modificaron realidades y ahora avanzamos sobre las políticas a largo plazo que requieren las actividades pecuarias. Las decisiones de ganadería son de mediano a largo plazo, entonces ahí es donde nosotros dijimos «vamos para allá», tan simple y tan complejo como poder dar previsibilidad. La gran discusión del sector privado era: «no se a dónde vamos, no puedo invertir en algo en lo que tardo 4, 5 o 6 años...»”, explicó Troncoso para iniciar un sobrevuelo de las principales actividades. “Si ya sabemos a donde queremos ir, tenemos que llegar a ese lugar; y es en eso donde estamos trabajando. Lo estamos tratando de llamar la «Agenda Ganadera», sacando del medio palabras como Plan Ganadero que remite a grandes medidas, títulos de diarios que no salvan a ninguna actividad. Lo que tenemos es un montón de cosas que hacer para crear ese ambiente de negocios para los sectores en cuestión”. Esta Agenda Ganadera anilla y hace que las tareas se den al mismo tiempo, con puntos en común, pero también áreas específicas de menor envergadura, lo cual permite tener un ordenamiento de las cadenas de ganados y carnes, con las mismas reglas de juego para todos, que permite un piso concreto de sustentabilidad.
En cuanto a los mercados, Troncoso explica que en el ámbito internacional “se debe volver a posicionar a la Argentina para todas las carnes... pelear, abrir nuevos mercados, algo que se está haciendo claramente con visitas a Estados Unidos o a China. Ya se habilitaron siete plantas, de las cuales tres son avícolas y el resto ganaderas”, añadiendo misiones a México, Canadá, Francia, Corea y Japón. “El posicionamiento de Argentina para afuera es clave, y para el mercado interno también hay un montón de temas para trabajar, mercados futuros, estandarización de productos, tipificación de producto por calidad. Todos esos son trabajos que se están llevando a cabo, que le queremos dar otro vuelco al negocio con buenos informes y buena información de precios”. El Subsecretario de Ganadería destaca además que “estamos trabajando con lana, estamos trabajando con carne, a ver cómo tenemos un índice de precios mucho más fuerte, para poder después apalancar mercados futuros, créditos que vayan basados en índices de precios de producto. O sea, un mercado transparente tiene un montón de cosas atrás que uno no tenía dimensionado, que la Argentina nunca se puso en agenda”. En la convicción de tener variables pequeñas que van construyendo un negocio mejor, se permite una estructuración de ordenamiento, mercados, simplificación, menores costos administrativos, entre otros puntos. “Hay una campaña concreta nuestra, de trabajar puertas abiertas, como Estado Nacional con las provincias, para obviar trámites innecesarios y seguir simplificando al sistema”, sobre lo cual ya hubo avances en la eliminación del predespacho de novillos para exportación, que demandaba a un veterinario relevando aftosa, mientras el país hace 16 años que no padece focos. Entonces, desde la técnica innecesaria es que se hace una revisión integral de las reglamentaciones. También se avanza en el financiamiento, para hacer más abarcativos los beneficios de créditos, que dejen de recaer siempre en los mismos beneficiarios. Este año, el Ministerio de Agroindustria va a promover con el Fondo Nacional para la Reactivacion y Modernizacion de la Actividad Agropecuaria (FONAGRO), ese caudal que permitirá financiar a quienes no tengan sus clásicas carpetas financieras; además de los avances en la Ley PyME que permite mejoras en las contrataciones, reducciones en el impuesto al cheque, generación de leasings, prendas y fideicomisos, muy orientados al sistema ganadero. Por lo tanto “entre más herramientas haya, vamos a poder llegar a distintos perfiles de productores y tratar de satisfacer distintas necesidades”, quedando pendiente la idea de generar una prenda ganadera, partiendo de la idea de un stock valuado en unos 35 mil millones de dólares que deben servir para tomar deuda, a razón de 600 a 700 dólares por animal en cada campo, a lo cual habría que sumar cerdos, pollos, ovejas, todos como garantías crediticias. En cuanto a la ganadería, nuestro país tiene tres carnes principales, entre las que reparte 120 kilos de consumo anuales, por persona, sin contemplar pescado, cordero, ni chacinados, sino sólo en cerdos, aves y ganado vacuno. “Vamos a trabajar es que ese consumo se mantenga. Y para que se mantenga con rentabilidad, tenemos que darle sustentabilidad a los negocios, y la sustentabilidad viene de una complementación de estas tres carnes principales. Entonces, si tenemos una oportunidad para el mercado de carne bovina que la pueda aprovechar, va a estar compensado con las otras carnes y así no va a faltar carne nunca, pero nunca. De hecho, no es que no va a faltar porque el argentino paga bien la carne y es negocio para la industria vender acá. De todas maneras, hay que tipificar la calidad, es algo en lo que hay convicción dentro de la cadena cárnica”.
Se espera tener en los próximos meses la norma ya implementada, donde imponga los tiempos de aplicación de lo que está consensuado, para ordenar el mercado y aumentar el peso de faena. Esto ayudará a la controlar la evasión y para analizar mercados futuros, sobre lo cual Troncoso entiende que “es uno de los temas más fuertes que tenemos para este año en ganadería bovina”.
La avicultura tiene un mercado mucho más integrado, concentrado en una cadena corta, con un mercado interno saturado, llegando al techo de lo que puede consumir, con lo cual la exportación es uno de los fundamentos, quedando pendiente el ordenamiento interno respecto de la relación con el integrador, porque tiene que haber reglas claras en el sector, en los acuerdos, lo cual se va a tomar como prueba piloto para trabajar en simplificación, para otras cadenas.

Sobre porcinos, Rodrigo Troncoso planteó que es “una actividad en crecimiento, todavía inmadura desde el punto de vista del mercado. Tiene el techo lejos, falta mucha institucionalidad y estamos trabajando en eso, para mejorar la complejidad desde el punto de vista institucional, con lo cual no es fácil tener interlocutores”. Los datos son precisos, crecen las importaciones y con ello ciertas preocupaciones en temas sanitarios. En concreto, “Argentina hace tres años importaba 50.000 toneladas, en 2015 importó 12.000, y en 2016, 24.000 toneladas, que es el 4/5 % de toda la producción. Es así que Argentina está volcando 10% más al mercado interno de producción propia, mientras que los meses de mayor importación –un 25 por ciento–, fueron julio, agosto, septiembre y octubre, aunque no es sostenible. El desafío es aumentar todavía más el consumo. Tenemos que promover más la carne en nuestro país, difundir todos los cortes. Se va a trabajar en una misma mesa para aportar institucionalidad y se va a hacer un aporte económico de tres millones de pesos –para un año– para difundir lo que es la carne porcina, más lo que van a aportar ellos de un peso por capón, en un fondo que van a manejar los productores en forma institucional, con muchas cámaras opinando y discutiendo”. Finalmente, los ovinos y caprinos tienen un sector mucho más institucional, donde existen leyes de financiación, sobre lo que se trabajó en una reorganización fuerte de cómo se utilizan esos fondos junto con provincias y productores para aportar sustentabilidad. “Durante 2015 nosotros creamos un Foro en NEA, uno en NOA, otro en Cuyo, y nos está faltando la región patagó- nica, más allá de todas las reuniones que hubo para discutir por región qué es lo que queremos del sector ovejero, de la lana y la carne. Una vez que tengamos claro con el sector, cual es la política que queremos implementar, se utilizarán las herramientas que tenemos, se le dará previsibilidad a los fondos, con más transparencia y ordenamiento. La lana tenía un dólar de 10 pesos y retenciones del 10 por ciento, hoy tiene un dólar de 16 y reintegros del 8,6 por ciento, lo cual es dinero que vuelve a una región del país, que es devolución de impuestos que se pagan en el mercado interno, para que cuando se exporte no se recarguen los costos y se tenga un precio competitivo a nivel mundial. Se diferencia entre lana sucia y lana limpia, para que la industria tenga una ayuda de trabajo concreto. MÁS EFICIENCIA “En cuanto a la productividad, estamos trabajando muy fuerte con el INTA. Tenemos muy claro donde están los déficit de eficiencia productiva. En ganadería bovina, para dar un ejemplo, Argentina no cambia los datos de cría desde hace 60 años... o sea, nunca se modificó la eficiencia del rodeo de cría en 60 años, que es –ni más, ni menos– la estadística disponible. Quiere decir que Argentina nunca pudo dar un paso fuerte en eficiencia de cría. Por eso, tenemos que pensar cosas distintas. El primer paso fue hacer un relevamiento concreto que no existía, para saber dónde estábamos parados, que incluso sirve para ponernos de acuerdo con las provincias y poder relevar la eficiencia de cría bovina en cada territorio”.
Troncoso detalla que “al INTA le pedimos un trabajo por municipio, por departamento –a nivel nacional–, de cuáles son las principales limitantes tecnológicas de la cría, para que pueda mejorar, para ser más eficiente. Entonces, por cada departamento o grupo de departamentos, o municipios, tiene que haber un mapa pintado que diga «qué productor de cría de esta zona tiene menos de 100 vacas, tiene estas limitantes tecnológicas, entre 100 y 500 vacas tiene estas limitantes, entre 500 y 1000 tiene estas otras limitantes y con más de 1000 vacas tiene estas limitantes. Estas son las herramientas disponibles en esa región para ese productor. Tener un mapa va a permitir unificar también lo que tenemos que hacer”. El funcionario avanza y remarca que “para el pequeño productor, lo más fuerte que tenemos que poder lograr es ponerlo en valor, usando el programa de Cambio Rural que es fundamental. No podemos cambiar la realidad de los productores, si no tenemos asesores técnicos haciendo extensión continua. Ese es uno de los desafíos que tenemos como Ministerio. Cambio Rural es un programa entre el Ministerio y el INTA, y es uno de los desafíos para este año. Pero además, es la base para la mayoría de los productores que les va a permitir cierta evolución”. En cuanto a porcinos hay una región del país, en donde por fronteras siempre hay dudas de qué pasa y qué no pasa respecto de la peste porcina. Por lo tanto, la intención de evolucionar en la agenda sobre “ordenamiento, mercados, productividad, financiación y sanidad”, se decanta la definición de qué enfermedades priorizar y cómo trabajarlas. EL ENTORNO La cuestión ambiental es muy importante, ya que se liga directamente al cuidado de los recursos naturales, partiendo de una tarea compartida con el Ministerio de Medio Ambiente, a través de la Ley de Bosques, de Humedales, con criterios de certificación y habilitación para instalación de explotaciones o avances de la producción, pero también hay que analizar ordenamiento territorial, e incluso manejo de efluentes y residuos. “La Constitución Nacional delega en las provincias los recursos naturales, con lo cual como Nación sólo se pueden dar líneas generales a través de una Ley, o sugerir a partir del Consejo Federal Ganadero, donde se debate cómo debemos manejar residuos y cuál debería ser la normativa, para que sea lo más estándar posible en todas las provincias, respetando la decisión política de cada lugar, pero a partir de cierto estándar técnico”. En sí, “respecto del ordenamiento, todavía no nos metimos en eso. Internacionalmente existe lo que nos gustaría en cuanto al derecho a la producción, sobre buenas prácticas, y se avanzará en eso”, sobre todo porque el Ministerio dispone de dos guías de bioeconomía: una para avicultura y otra para porcinocultura, que sirven de referencia, e incluso alcanzan temas inherentes a la generación de gases, concluye el

Ing. Rodrigo Troncoso
Subsecretario de Ganadería
de la Nación